viernes, 2 de mayo de 2014

Una maleta llena de proyectos

 
 
 
 
 
 
 
   Estoy de vuelta.
   Y la calma reina en las comisuras de mis ojos hastiados de olas, de resplandores, de versos de levante a poniente.
   Como en todo viaje uno llega cansado, deja la maleta a medio deshacer y busca indicios del pasado en el que vivía antes de partir, rumbos seguros. Descansa y duerme, se sumerge en la rutina e intenta despertar cada mañana con esa sensación de satisfacción de que pudo hacerlo, de que abarcó el horizonte que se marcó.
   Es entonces cuando se cae en la cuenta, días más tarde, de que la maleta aún sigue sin deshacer.
   Y en ese momento te preguntas, con cierto vértigo, si deberías vaciarla del todo o volverla a llenar para partir hacia un nuevo horizonte, un nuevo proyecto.
   De vuelta al camino… de vuelta.